Ha pasado un añito de nuestra experiencia en Garaldea, y lo celebramos compartiendo cómo vivimos las I Jornadas Ecofeministas en Garaldea.
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Abajo, nuestro artículo entero, por si quieres seguir leyendo.
Poco sabíamos lo que nos esperaba cuando aceptamos la invitación de ir a Garaldea a compartir la campaña Tipi-Tapa Bagoaz! Hacia vidas SOStenibles. En un principio nos sorprendió que desde Madrid nos invitaran a compartir nuestra experiencia, y a la sorpresa se sumó el susto cuando supimos que abríamos las jornadas compartiendo “mesa” con Yayo Herrero y Amaia Pérez Orozco.
Con estas emociones y mucho desconocimiento, llegamos un día antes del evento a Ciempozuelos en el cercanías de Atocha, no sin antes sentirnos como Pacas Martínez Soria que salen de su pequeño botxito para atravesar la jungla madrileña. Allá nos vinieron a buscar las compañeras del área de Ecofeminismos de Ecologistas en Acción-Madrid, quienes a pesar del currazo que llevaban a las espaldas y el reto que se abría por delante los dos próximos días, pronto nos contagiaron su buen rollo y su sonrisa.
No se quedó corta Ros explicándonos por el camino las maravillas de Garaldea. Este proyecto no es sólo una asociación alternativa para la atención a personas en situación de riesgo de exclusión, es un colectivo, una forma de vida alternativa al sistema actual, que dedica mucho tiempo al cuidado mutuo, a aprender y compartir en equipo, incluso en las situaciones más difíciles. Como llegamos las primeras tuvimos la suerte de recibir una visita guiada por el territorio garaldeano e incluso asistir a la última reunión antes del gran lío, donde en seguida comprobamos la complicidad entre garaldeanas y ecofeministas en acción.
Ya durante la cena se iban sumando más compañeras (algunas incluso en bici desde Madrid, con el calor que hacía, a nosotras que venimos del norte nos parecieron unas campeonas) y tras el desfile de frontales de unas y otras, que buscaban en qué parte de la finca se hospedaban, buscamos un huequito tranquilo para repasar la presentación del día siguiente. Y encontramos la escuelita, decorada con tanto cariño, hasta que nos quedamos sin luz porque se apagó el motor y lo sustituyó una inmensa luna llena que sostenía la energía para lo que se nos avecinaba.
A la mañana siguiente, entre desayunos, inscripciones y reencuentros nos juntamos más de cien mujeres dispuestas a compartirlo todo. El evento empezó con la bienvenida de las garaldeanas y la explicación (a tanta urbanita y neorural suelta) de cómo íbamos a sostener el espacio entre todas ese fin de semana con energías renovables, agua no potable y baños secos (aquí se notaba la sonrisa de las rurales, claramente habituadas).
Después, continuó Marta Pulgar de ecofeministas en acción con la presentación del evento, dando paso a la “mesa” sin mesa en la que nos encontrábamos, mirando a la cantidad de grandes mujeres que abarrotaban el espacio al aire libre.
Empezó Yayo que, tan rápida como siempre, remarcó que la bienvenida de las garaldeanas era el mejor ejemplo de cómo organizamos lo básico de la vida a través de la gestión comunitaria de la energía, el agua y los residuos; el mejor ejemplo de cómo
combinar el discurso y la práctica política asumiendo los límites físicos del planeta y la vulnerabilidad de los cuerpos. El horizonte:
“revertir las prioridades de los sistemas económicos, políticos y culturales para organizar la vida y los tiempos de modo que se asuman modelos más austeros en lo material y se compartan las responsabilidades entre hombres, mujeres e instituciones en el cuidado de la vida”.
Continuó Amaia aterrizando la mirada feminista a la economía, incidiendo en el proceso de transición, pero ¿hacia dónde? Si queremos transitar hacia unas sociedades que pongan el buen convivir de todo el mundo en el eje central de la vida, necesitamos mirar desde la vida que hoy está siendo atacada. Y desmontar así una economía voraz y una noción de género que todavía genera muchas desigualdades, en base al sistema heteropatriarcal y las consecuencias que tiene para todas.
Y llegamos nosotras para compartir un ejemplo práctico de distintas miradas que confluyen para consensuar propuestas (como propone Amaia), no solo desde un punto de vista estructural sino también comunitario (como propone Yayo), pero con nuestro lenguaje más de “andar por casa”.
Empezamos resumiendo los hitos más importantes de los ocho años de aprender en la red de“Decrecimiento y Buen vivir”, con sus diversos encuentros, que nos han llevado a la actual campaña TIPI-TAPA bagoaz! hacia vidas SOStenibles. Y continuamos resumiendo las propuestas consensuadas entre 19 colectivos basadas en los cuatro ejes de trabajo (cuidados como un eje de la sostenibilidad de la vida, soberanía alimentaria, relocalización de la economía y modelo energético). Todo ello acompañadas de nuestro despliegue de materiales que hemos parido colectivamente en el camino: los libros, las postales, los trípticos, los videos y el cómic de Susanna Martín recién salido del horno. En el descanso, fue impresionante la acogida para nosotras, intercambiamos contactos con muchos otros colectivos y ¡repartimos los 125 cómics en 10 minutos!
Después vino el turno de María Garrido y Mar R. Gimena, que nos propusieron un taller sobre medicalización de los cuerpos de las mujeres. Tras definir entre todas qué significa ese palabrejo, compartimos nuestras vivencias sobre la salud sexual y reproductiva, la salud mental y la salud ambiental, primero en grupos y luego en común. Y María y Mar cerraron el taller con una clase magistral apoyadas por sus “diapositivas rurales”.
Según avanzaba el sol castellano con todo su poderío, nos iba obligando a mover sillas y espacios en busca de la sombra, y a muchas nos obligó también a ducharnos en las duchas de la piscina y de las habitaciones e incluso a buscar la sombra para echar una siestecita, en el descanso para la comida de traje.
A la tarde tuvimos la oportunidad de bajar a tierra conceptos y debates, empezando por conocer las experiencias prácticas que recogía la programación de las jornadas.
Conocimos El Colletero, un proyecto intergeneracional liderado por mujeres, con unas cincuenta personas socias y que da trabajo estable a unas doce en Nalda (un pueblo de mil habitantes a 15 km de Logroño), cuidando criaturas, acompañando a personas ancianas, con campamentos de verano y con comercio justo y de proximidad, entre otros. También conocimos el Patio de Vecinas de San Martín de la Vega, en el que tan solo en un año se juntan doce mujeres de entre 12 y 60 años para defender el feminismo que quieren contagiar a su pueblo.
Y con este subidón de conocer alternativas llegó uno de los momentos más potentes de la tarde, la representación teatral del grupo de mujeres de Garaldea sobre sus vivencias y evoluciones en el proyecto, especialmente tras vivir la violencia física machista. Nos hicieron sentir en nuestras propias carnes la lucha que han llevado y que les queda por delante, con humor, con sutileza, con tacto y mucha emoción. No hay palabras para explicar lo que sentimos, igual que tampoco ellas usaron las palabras para explicarlo, pero gracias Garaldeanas por compartirnos!!!!
Otro espacio sin palabras fue la intervención de Comadres on the road, que nos formaron en un enorme círculo y nos invitaron a mirarnos en silencio al son de una música instrumental, aportando el punto de vista espiritual que de alguna manera también se siente recogido por el Ecofeminismo y nos compartieron su propuesta de apoyar colectivamente a mujeres recién paridas.
Después, el micro abierto nos ofreció la oportunidad de conocer cualquier experiencia que estuviera por allí con ganas de ser contada. Así, conocimos a FELMA (feministas en lucha de Málaga), a La Tarara Criolla (y su oferta de talleres gratuitos), al grupo Puerro Flauta (de producción y consumo en Garaldea), las compañeras de Lo Nuestro No tiene Nombre (del periódico el Topo Tabernario), La Revo (espacio okupado feminista en Sevilla), Las Molineras (un proyecto comunitario en construcción en Zaragoza), las Amazonas modernas (las nuevas olas feministas jóvenes de Madrid), las Ganaderas en Red (colectivo que articula a más de 100 mujeres ganaderas del Estado), DramaFreeMadrid (red de mujeres profesionales lesbianas de Madrid) y otras asociaciones por la reforestación autóctona, la educación popular y libre, … un sin fin de grandes experiencias que pasaron por ahí y que nos dieron ganas de conocerlas a todas!
Tras la cena, seguimos conociendo el Ecofeminismo desde otras artes escénicas, gracias al espectáculo multidisciplinar (de baile, teatro, performance, video…) de Rebeldías Mínimas y DJ Blanca que cerró la noche pinchando sobre una tabla de planchar.
Con toda esta intensidad, llegamos al domingo por la mañana, omento para la reunión del Área de Ecofeministas en Acción y el Espacio Abierto para todas las demás, como un espacio para debatir en torno a los temas que habíamos ido proponiendo entre todas a lo largo del fin de semana en la cartulina verde para tal fin. Entre ellos, unas cuantas estuvieron reflexionando sobre cómo trabajar las agresiones sexuales en espacios mixtos y concluyeron que es fundamental que el eje central del proyecto sea el feminismo, para
que en torno a él se creen conscientemente espacios de seguridad entre mujeres dentro de los proyectos mixtos, que se vayan dotando de herramientas a través del intercambio con otras.
Otras estuvieron compartiendo sus inquietudes sobre ecofeminismo y mujer rural, considerando la necesidad de visibilizar no solo la teoría ecofeminista sino también la práctica, desde lo real, más allá de lo idílico y romántico del mundo rural o la agricultura
ecológica, que en más ocasiones de las deseadas siguen siendo capitalistas y patriarcales. Por ello este grupo demandaba que la soberanía alimentaria y la producción de alimentos adquieran protagonismo en las propuestas feministas y que éstas a su vez empapen la práctica y política agrícolas. Otras tantas estuvieron
experimentando con la ginecología natural, empezando por reflexionar sobre nuestra desconexión como mujeres del ciclo menstrual, hasta llegar a aprender a hacer sus propios óvulos para infecciones.
Y nosotras estuvimos en un espacio que no nos atrevimos a proponer hasta el último momento, porque pensábamos que era un tabú que nos cuesta hincarle el diente, pero nos sorprendimos de la veintena de mujeres que se vinieron con nosotras a reflexionar
sobre el patriarcado entre mujeres. De allí surgieron dos grupos de trabajo: uno, sobre cómo reproducimos el patriarcado en nuestros espacios de militancia y compartir las prácticas que conocemos para paliarlo; y otro sobre cómo reproducimos el amor romántico y los roles que marca el patriarcado en nuestras relaciones afectivas, como parejas, como poliamorosas, como amigas, como hermanas, como hijas, como madres…
Explicar lo que vivimos en este espacio ocuparía otro artículo asi que nos quedamos con las ganas sentidas entre todas de seguir hincándole el diente, seguir compartiendo y animar al resto a trabajarlo.
Acercándonos al mediodía, fuimos cerrando el evento con Nieves Canta que gracias a las canciones de su “corazón en transición” nos fue haciendo transitar de la energía intelectual a la energía de cada una y nos hizo bailar incluso al sol castellano (ofreciéndose a venir a tocar allá a donde le pagáramos el viaje!!). Y cerramos del todo el evento, con las tripas rugiendo de hambre, compartiendo en círculo lo que nos llevábamos: el espacio de seguridad que habíamos construido, la confianza generada entre mujeres que no se conocen en tan poco tiempo, los revoltijos por las sinergias descubiertas e incluso “un impulso tan grande como el orgasmo que robaron a nuestras abuelas” (en palabras de la compañera colombiana). Por fin, disfrutamos la última comida, que como todas las anteriores había sido preparada por los garaldeanos, los hombres del proyecto, que ese fin de semana se encargaban de cocinar, limpiar y cuidar a las criaturas para que las garaldeanas pudieran estar libres para protagonizar su iniciativa. Y comenzaron las despedidas a pesar de las ganas de seguir compartiendo.
Poco sabíamos nosotras que además de poder compartir la campaña Tipi Tapa Bagoaz en la misma “mesa” sin mesa que Yayo y Amaia, nos íbamos a cargar de energía, de propuestas, de sororidad, de discurso político, de prácticas, de arte, de música, de creatividad, de sol y de luna como pocos eventos en los que hemos estado.
¡¡¡¡Infinitamente gracias Garaldea, Ecofeministas en Acción y a todas las participantes!!!!!
¿Para cuándo las II Jornadas Ekofeministas? Nos apuntamos, seguro!
Leto y Sandra, integrantes de la Red Decrecimiento y Buen Vivir
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